significados académicos y tradicionales
Por: Óscar Pabón septiembre 4, 2022
“Joropo es un término multívoco- polisémico.
Para los cultores de las zonas rurales, la palabra designa más a las fiesta o evento bailable, que a la música o a la coreografía propiamente dichas”.
En este nuevo ejercicio de análisis a elementos relacionados con el acervo tradicional de la región llanera colombo venezolano me propongo contar el resultado de mi tarea de recoger los significados de las palabras Folclor y Joropo, desde las miradas académicas externas a la región y desde el pensamiento popular expresado de manera literaria por gestores culturales oriundos del vasto territorio llano de las dos naciones.
Lo planteo con el siguiente parangón:
Palabra: Folclor
Definición académica:
“Está constituido por las creencias colectivas sin doctrinas y por las prácticas colectivas sin teoría”. (1)
Significaciones según dos cultores llaneros:
“..Porque para mí el folklore, es todo lo que tenemos
Llanuras, ríos y montañas, selvas y emporios mineros.
Folclor es una laguna, el bullicio de un garcero, un corral de vacas mansas, el canto del becerro, folclor el Ave María, el Padre Nuestro y el Credo, folclor querer a los niños y respetar los abuelos, tender una mano amiga al humilde pordiosero, folclor son todos toditos los nativos de este suelo..”(2).
A su vez, el también venezolano Dámaso Delgado oriundo de Guanare, Portuguesa, incluye las dos definiciones en su obra literaria El Silbón. Sucede cuando el personaje José Juan, portador de la leyenda, le termina la narración de la historia del espanto al incrédulo intelectual visitante, a esa altura de la obra surge entre los dos el siguiente diálogo:
José Juan (JJ): ¿todavía no me cree?
Forastero (F): no…ahora sí le creo, ¿cómo se llama eso? José Juan: ¿qué?
Forastero: eso que usted, me acaba de contar.
JJ: pues, “pasaje” lo llamamos por aquí.
F: no, eso se llama Folklore, y Folklore es el alma misma de los pueblos, sus creencias, su sentir, sus costumbres.
JJ: ¡ah pues!, por aquí hay mucho de eso, por donde quiera que usté camine se encuentra con corridos y con pasajes nacidos de aquí mismo, en esta misma tierra; en el camino, en la laguna, en el caño, onde quiera que usté arrime las huellas, ahí encuentra un peacito de eso, que como usté dice, es el alma de los que vivimos por acá” (3)
Palabra: Joropo
Definición académica:
“Joropo es un término multívoco- polisémico. Para los cultores de la zonas rurales, la palabra designa más a las fiesta o evento bailable, que a la música o a la coreografía propiamente dichas.
Para designar estos elementos utilizan términos mucho más específicos, como corrido, pasaje, golpe o revuelta en el caso de la música, y valseado, escubillao o zapatiao para el caso de la danza” (4).
Significaciones según cuatro cultores llaneros:
Dijo el Maestro Miguel Ángel Martín S., nacido en el araucano territorio de Tame, que:
“El joropo es la cadencia que brotara del ensueño, en el cálido celaje de amoroso sentimiento.
Con ternura de tonada y altivez de golpe recio, tiene el joropo la estampa del duro varón llanero, y que en un soropo nació para adueñarse del pueblo.
Joropo quiero decirte con el sentir de mi ancestro que eres la huella del indio cuando eres contrapunteo, que eres ritmo atravesao cuando se aparece el negro, y que en tu fina figura también eres europeo” (5).
El insigne poeta de Apiay, me refiero al Maestro Eduardo Carranza F., en algunos de sus libros de poemas así hizo su aporte:
“Se ha parado el joropo, y, ¡aquí los colombianos!, ¡aquí los llaneros y las llaneras!.
Corre el aguardiente de estrellas líquidas y se desencadena, febril y apasionada, casi furiosa y loca, la música, palpita el rítmico zapateo de los danzantes vertiginosos:
Tiple, guitarra y bandola
y una banda de morenas
de aquellas que son tan buenas
que casi basta una sola…… “(6)
Del mismo modo el autor de este ensayo, hijo de la capital del Meta, desde su percepción urbana da la siguiente definición:
“Joropo, sonora palabra que para los villavicenses significa música, canto y baile, disciplinas a las que respondemos con espontánea emotividad y sano orgullo regional” (7).
Cierro este parangón citando al internacional cantautor Orlando “el Cholo” Valderrama, criado y domiciliado en el territorio de Pore, Casanare, quien con nutrida y altanera versación a la palabra en análisis la define con el siguiente derroche de símiles:
“..Aquí mismo está el joropo, duende que juega en el aire, airoso revoletea como mariposa incansable….”
“Joropo es una bandola a media noche en un baile, joropo un contrapunte de verso, copla y alarde.
Joropo el cantío de un baile despertando vecindades, joropo el viento viajero que despeina pajonales.
Joropo un bongo a vela, capoteando tempestades. Joropo es cantá un joropo, joropo es cantá un pasaje.
Velorio de la Cruz de Mayo. (Imagen de autor desconocido, tomada de la web)
Joropo es un amalaya, joropo es un Dios te guarde, joropo es dejar que el alma se nos desboque en el aire, en un grito sabanero recio, cerril e indomable.
…Aquí mismo está el joropo, bella expresión campesina, aquí donde la tristeza naufraga en una sonrisa.
Joropo un camino largo, en una mula mansita,
Joropo es montá un caballo, escuchá un toro que pita…
Joropo una noche oscura con espantos que la grita, Joropo
es sentir en el pecho cómo el corazón se agita, Cuando se
oye al pie de un arpa, una garganta clarita” (8).
Colofón:
Leído lo anterior se entiende la importancia de los saberes locales en las sencillas descripciones simbólicas de sus culturas, lo cual no riñe con el pensamiento teórico que surge y se construye desde el saber académico.
Citas:
1- André Varagnac, sociólogo francés citado por Abadía M. Guillermo, en: Compendio General del Folclor Colombiano, Banco Popular, Bogotá, 1983, p 13
2- Guerrero Jorge, canción “El nuevo grito Guerrero”
3- Delgado Dámaso, leyenda de “El Silbón”
4- www.wikipedia.com
5- Martín S. Miguel Ángel, poema “El joropo”
6- Carranza F. Eduardo, poema “El Joropo”
7- Pabón Monroy Óscar A, El joropo en Villavicencio: momentos y pioneros, 2009, p 8
8- Valderrama, Orlando “el Cholo”, canción “Aquí mismito”
Nota: este ensayo lo redacté en Villavicencio el 15 de febrero de 2016.