Por: Óscar Pabón agosto 10, 2021
Por el varonil perrenque de esa señora, en la sabana y en el pueblo, la equiparan con Doña Bárbara literario personaje de Rómulo Gallegos
Con la presente crónica compuesta por dos capítulos continúo auscultando posibles circunstancias históricas, relacionadas con el origen de la denominada llaneridad villavicense.
En esta oportunidad pondré mi visor sobre personas de Arauca, Casanare y Vichada que a Villavicencio llegaron por motivación espontánea para habitarla de manera temporal o definitiva. Sus raizales apellidos con solo oírlos revelan los respectivos territorios de origen.
El análisis lo enfoco en los temas de la ganadería y del joropo.
Diáspora ganadera: Conocido es que la histórica actividad ganadera del llano colombiano fue causal para la conformación y desarrollo socio económico del caserío de Gramalote, luego Villavicencio, que lo convirtió en el principal epicentro comercial del territorio orinoquense.
Por tal dinámica económica ocurrieron procesos sociológicos que coadyuvaron a la entronización de bienes de la cultura llanera en la capital metense.
Es común decir que los largos viajes de ganaderías arriadas desde puntos de Arauca y Casanare hasta Villavicencio, generaron la periódica llegada de grupos de vaqueros de sabana que pocos días después emprendían regreso a sus distantes sitios de origen.
Sin embargo en la historiografía local poco se ha registrado que además de los anónimos peones llaneros a la capital metense también llegaron reconocidos ganaderos que aquí fijaron residencia temporal o definitiva, igual que compraron haciendas en la región del río Meta.
Muy posiblemente escogieron a la capital metense por su cercanía con Bogotá y porque este pueblo les ofrecía algunas ventajas que los demás poblados llaneros no tenían.
Una de esas era la educación secundaria siendo el colegio de los hermanos cristianos de La Salle el preferido para que, por años, decenas de muchachos araucanos y casanareños allí fueron matriculados.
En 1937 el internado de este establecimiento tuvo entre sus seis estudiantes fundadores al araucano Francisco Lomónaco (Pinzón: 1985) hijo de Leopoldo quien fuera un reconocido ganadero italiano/araucano, que se casó con la villavicense Felicidad Barrios.
De los personajes legendarios de aquella próspera época ganadera la memoria local aún recuerda al venezolano Víctor Machado quien en su hacienda Rosa Blanca, a la salida para Acacías, con relativa frecuencia organizó grandes fiestas.
La otra persona, también venezolana, fue doña María López la única mujer que comandó viajes de ganadería de Arauca a Villavicencio, en cuya jurisdicción tuvo propiedades de finca raíz. Por el varonil perrenque de esa señora, en la sabana y en el pueblo, la equiparan con Doña Bárbara literario personaje de Rómulo Gallegos.
Testimonios dicen que el francés Brandy Hennessy 3 Estrellas (Hernández M.: 2004) fue el trago más consumido en recintos sociales y en bares por la alta clase ganadera en las década cuarenta y cincuenta.
También citan que los prósperos llaneros de los años cuarenta para sus negocios y tertulias gustaron frecuentar el Café Arauca en la esquina de la calle Real frente al parque, propiedad de Raúl Vageón –araucano- (Hernández: 2004). Este céntrico establecimiento después se llamó Café América.
Con el correr de los años y hasta tiempos presentes la capital del Meta ha seguido recibiendo ciudadanos de los tres departamentos aquí citados, quienes por voluntad espontánea la escogen para establecerse, conformando las colonias de sus territorios.
Las siguientes son relaciones aproximadas de araucanos, casanareños y extranjeros, unos reconocidos otros no, quienes de manera temporal o definitiva desde los años treinta en Villavicencio han desarrollado sus proyectos familiares y económicos teniendo a la actividad ganadera como una de las principales.
Ciudadanos araucanos, casanareños y extranjeros, establecidos en Villavicencio desde la década del 40 (lista aproximada) (*):
Arauca:
Argemiro Méndez Pérez
Raúl Vageón
Víctor Gil
Manuel Sarmiento S.
Jorge Abril
Julio López
Amadeo Colmenares
Marco Antonio Hoyos
Carmen Acua
Joaquín Delgado
Eladio Argüello
Luis Argüello
Milciades Useche
Narciso Matus T.
Alfonso Latorre G.
Rodrigo Jiménez
Víctor Vargas Abril
Vicente Parales
Valoix Parales
Alberto Pérez Delgado
Carmelo Galiano
Elena Latorre G.
Raúl Coronel M.
Leonor Cuenza
Leonel Pérez Bareño
Silvia Aponte
José Caroprese
Casanare:
José “Chepe” Delgado
Eduardo Fernández L.
Hernán Braidi
Julio Zambrano
Tito Zambrano
¿Jorge? Gama
Víctor Robin
Luis Amarillo
Tiberio Briceño
Luis Perdomo
Miguel Melgarejo
Enrique Sarmiento Díaz
Jorge Sarmiento Díaz
Manolo Sarmiento Díaz
Enrique Hurtado
Hernando Coy
Luis Herrera
Alberto Albarracín
Familia García Bustamante
Diomira Cuevas Izquierdo
Bonny Pacheco
Beatriz Abril
Emiliano Omaña
Carlos Merchán
Luis Francisco Hoyos
Italia:
Leopoldo Lomónaco
Venezuela
Salvador Castillo
Ignacio Torreyes
María López
Torcuato Rodríguez
Víctor Machado
Las anteriores incompletas listas muestran un relativo equilibrio entre el número de araucanos y casanareños. Cabe apuntar que las vecindades de sus territorios permitieron uniones matrimoniales y de las dos llanuras, por ello vinieron con sus familias araucanas/casanareñas y en oportunidades aquí les nacieron hijos.
La única explicación para los registros de ciudadanos extranjeros en Villavicencio fue su neta actividad ganadera y de finca raíz.
De Leopoldo Lomónaco hay huella urbana pues el barrio construido en el terreno por él donado se llama Lomónaco, hecho desconocido hoy día. Tomado de: https://www.oscarpabon.com/index.php/2021/08/10/factores-que-han-cimentado-la-llaneridad-en-villavicencio/