“Bolívar y Aniceta”, óleo al espeso de 70 x 90 autor Gustavo Macualo J., obra ganadora de concurso sobre el bicentenario de la Independencia

Por: OSCAR PABÓN

Luego con su fundación hispana o colonial el estratégico poblado de piedemonte por diferentes factores ganó importancia. En aquellos años los ahora departamentos de Arauca y Casanare eran uno solo. Conforme a la división política administrativa del virreinato recibió el nombre de Provincia de Casanare.

Importancia económica en la Colonia adquiere Tame con la fundación en su territorio de la Hacienda ganadera de Caribabare por parte de la comunidad Jesuita, religiosos que hacia 1661 con modelo empresarial introdujeron dicha economía a los llanos.

En posteriores momentos esa comarca alcanzó cifrada importancia a raíz del nacimiento y desarrollo de brotes de insurrección que caldearon la Independencia nacional con la participación de un buen número de rebeldes tameños, algunos de los cuales integraron el grupo de los famosos catorce lanceros en la batalla del Pantano de Vargas.

En la memoria de la comunidad tameña se retiene un hecho que a pesar de su gran significación histórica nacional no ha sido visibilizado como clave en la emancipación del imperio español. Sucedió menos de dos meses antes de las heroicas batallas del Pantano de Vargas y del Puente de la quebrada Teatinos más conocida como de Boyacá.

Según lo convenido, el 12 de junio de 1819 en dicho poblado se encontraron los dos líderes con sus respectivas guerrillas anti españolas organizadas en las llanuras venezolanas y neogranadinas, es decir Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.

Acuerdo de los generales fue la unión de las dos tropas para subir los Andes en busca de Santafé de Bogotá. Con brindis emotivo fue sellada semejante alianza. Entre las palabras que Simón Bolívar pronunció están las siguientes:

¡Granadinos el día de la América ha llegado!

Brindemos por el éxito de nuestra empresa libertadora y por esta tierra generosa, que puede apellidarse con justicia ¡Cuna de la libertad

Rumbo a su meta cinco días después partió el unificado ejército al mando de Bolívar y Santander, hecho que indica que Tame resultó ser el punto de partida de la campaña libertadora.

La fiesta del 12 de junio con historias novelescas

De aquel acontecimiento de hace más de dos siglos en la tradición oral tameña hoy rondan narrativas con tintes de fantasía. Preparando esta nota desde allá me dijo Pedro Rojas Sarmiento -amigo historiador raizal de la Cuna de la libertad- que iba a conseguirme los nombres de las doce o trece muchachas que ese día o noche bailaron con el Libertador.

Pero la motivación de esta crónica me surgió cuando el anterior 18 de enero vía WHATSAPP un audio recibí de mi antes referido amigo Pedro. Es una canción joropo interpretada por una dama de quien me dijeron que es casanareña.

La historia que su letra narra se ubica en el hecho de Tame, es decir el acuerdo militar de los dos próceres y tiene como personaje central a una dama. En busca del contacto del autor de la canción cuyo nombre es Gustavo Macualo Jácome recurrí al profesor Tirso Másmela quien es tameño por adopción. Él me compartió el número celular y de inmediato le envié mensaje escrito.

Con amabilidad me respondió y procedí a preguntarle por su canción según él interpretada por Maryland de Nu con acompañamiento de guitarra y cuatro. No he dicho el llamativo título del tema musical, es Aniceta Coutoarruma.

Sobre su obra aquí referida Gustavo me dijo que es una leyenda local basada en hecho histórico que de generación en generación ha pasado por tradición oral con ribetes fantásticos.

En la cadena histórica de personas portadoras de información resalta a la señora Faustina Carrizales que conoció a Antonia Pimentel -que vivía cerca al parque-, ella –doña Antonia- a su vez conoció a Rufina Coutoarruma mujer de quien en el pueblo dijeron y dicen que bailó con Simón Bolívar. El primer relato de esa historia lo redactó Antonio Carrizales quien a la dama la bautizó como Juana.

Con base en esa historia Gustavo Macualo J. la recogió para escribir la letra de su joropo. Pero como el nombre de Rufina no le gustaba para el personaje de la canción prefirió el de otra mujer poco conocida también de los tiempos de la Independencia: Aniceta Requiniva. La letra de la canción narra situaciones inverosímiles, al mejor estilo llanero, con cargo a la recordada mujer Aniceta Coutoarruma, de quien dicen que con más de cien años murió soltera al igual que todas las novias del Libertador.

Comenta el autor que con base en esta composición tiene en mente un montaje musical, una novela o una película. Dice Gustavo Macualo J. que es Zootecnista de la Universidad Nacional, músico, pintor y periodista. Vive en su patria chica: Tame.

En mi búsqueda en YouTube no encontré la versión a cargo de la intérprete casanareña, quien al parecer solo la grabó en audio. En cambio sí localicé el video en el que el compositor Gustavo Macualo Jácome canta su pasaje natural –así me contó que se llama el son- acompañado de guitarra y cuatro.

El título está escrito de la siguiente manera Anisseta Coutoarruma.

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